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Mostrando entradas de marzo, 2014

EL LABERINTO

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La vida se muestra a menudo como un laberinto. Caminamos y caminamos, dando vueltas sin cesar y sentimos que nuestros pasos van sin rumbo volviendo una y otra vez al mismo punto, o a lo que creemos es el mismo punto. Sin embargo, al sentarnos, detenemos todo movimiento y entonces es el laberinto de la mente el qure se mueve a nuestro alrededor, buscamos luz al finaldel túnel pero no vemos que esa luz que vislumbramos viene de nuestro interior,no está fuera ni hay que alcanzarla, sino dejar que ilumine el camino.

AMOR AL MAESTRO

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Amor al Maestro. Hoy es el 89 cumpleaños de mi maestro Willigis Jaeger. En la tradición zen el maestro ocupa un lugar muy importante. Pero no se trata de jerarquía o de prevalencia. No se trata de que alguien haya alcanzado no sé que estados místicos, y por ello, requiera de los demás veneración y latría. No. Se trata de reconocer la generosidad amorosa de una persona que quiere compartir su experiencia para acompañarte en tu caminio árduo y lleno de vericuetos de la mente, que se resiste a soltarse de la visión acomodaticia de la realidad para caer en el abismo de la esencia sin forma. Es como el instructor de paracaidistas que después de explicar las cosas da un empujoncito para romper el miedo al salto. El maestro es el que ha ido y ha vuelto y por eso se conoce el camino. En los pueblos antiguos así se denominaba al chamán, "el que ha vuelto". Evidentemente que es una persona con su ego y con sus limitaciones, con sus enfados y con sus miedos, como todo el mundo. P

LA VIDA SIGUE

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Hace algunos días que no escribo. La vida me ha llevado a visitar a mi maestro Willigis en Alemania, y luego a asistir al nacimiento de Alejandra, la nieta de mi pareja. Esta experiencia me conecta con el fluir de la vida misma. Desde nuestra perspectiva limitada por la mente, vemos una vida que empieza y otra que acaba. Principio y fin. Origen y término. Esos son los parámetros en los que nos movemos con la mente lineal. Pero, ¿En verdad es así la realidad? ¿Acaso la vida puede tener fin? La vida, al igual que la conciencia es un fluir que va más allá de las formas concretas. Cierto que las formas estamos sometidas al tiempo, a ese tiempo en el que se pueden mantener unidos todos los elementos que componen nuestro cuerpo concreto. Somos un compuesto dinámico que recibe la vida y la mantiente durante un tiempo. Pero la vida que nos alienta y que se manifiesta de forma consciente en nosotros es algo que no tiene ni principio ni fin. Una vez más, nuestra mente, que sólo puede captar