Entradas

Mostrando entradas de octubre, 2014

EL ARTE ESPIRITUAL

Imagen
El término gracia no significa “arbitrariedad divina” como en algunas religiones se ha dado a entender,  sino que es una realidad más allá de la relación causa-efecto, y por tanto, más allá de la voluntad inmediata nacida del ego. Por eso la espiritualidad se denomina arte espiritual.  El arte es una dimensión que requiere una técnica, una disciplina, un trabajo etc. Pero nada de todo esto asegura el arte. Lo que impacta en la emoción, lo que transforma la obra y comunica un nivel de armonía y belleza sublime es una dimensión que está más allá de toda técnica previa y no lo podemos definir. Este ejemplo nos permite hablar de la gracia como ese nivel de armonía que surge de forma espontánea en nuestro interior cuando se prepara el terreno con la práctica espiritual. La gracia es la maduración de la semilla oculta. Nadie puede hacer que una semilla fructifique. Lo único que se puede es crear las condiciones favorables para que se active su potencial.  La gracia es lo mismo. To

PENSAMIENTOS

Imagen
La mayoría de los que practicamos meditación, en algún momento de nuestra práctica, hemos sentido una especie de vértigo. Un vértigo que se manifiesta en una sensación de desaliento y de confusión. ¿Qué hago yo aquí sin hacer nada, con todo lo que tengo que hacer? Esa sensación que surge ante la quietud de la meditación, en algunos casos, da pie a un momento de consciencia de los pensamientos que de forma ininterrumpida se amontonan en nuestra mente. Sin duda, la mente inquieta nos inquieta. Por eso, uno de los primeros pensamientos que surgen cuando uno se sienta a meditar es el de “tengo mucho que hacer, hoy no puedo meditar”.  Si de verdad queremos hacer de la meditación una práctica habitual en nuestra vida y disfrutar de sus múltiples beneficios, debemos saber cómo afrontar nuestros pensamientos. El ejercicio de meditación consiste en invertir el flujo de la conciencia, de manera que en lugar de ser conciencia de lo exterior, de lo que nos rodea sea conciencia pura,