MOVIMIENTO
H oy durante zazén he experimentado de forma muy clara el fluir de mi realidad vital en un vertiginoso y permanente desaparecer centelleante. Normalmente uno se sienta y simplemente está ahí parado, quieto. Solo respirando. El ir y venir de la respiración es como un vaivén de mecedora, como el oleaje del mar en la orilla. De repente, sin darse uno mucha cuenta llega un momento en que ese respirar se hace respirado. Algo que sucede. Con el tiempo van desapareciendo las tensiones en el cuerpo y se experimenta un grado de relajación agradable que dura casi todo el tiempo de zazén. Las tensiones se observan aquí o allá y uno experimenta cómo se van disolviendo poco a poco y vuelve ese estado de relajación y estabilidad, que en términos generales es muy agradable. Alerta sin tensión. La práctica meditativa es un ejercicio en el que la conciencia se extiende a los poros de la piel, a los huesos, a los tendones, a los músculos, a la sangre y a los órganos todos. El fenómeno corporal íntegr...