LA VIDA EN TRES MALETAS
L os seres humanos se han dividido desde muy antiguo en nómadas y sedentarios. No cabe duda que cada uno de estos modos de vida tiene sus ventajas y sus inconvenientes. Tengo amigos que nunca han salido de su ciudad natal. Crecieron junto al barrio donde fueron al colegio y prácticamente al lado de la casa de sus padres. Trabajan en negocios de la ciudad y se casaron con una chica de la cuadrilla con la que tienen hijos que van a sus mismos colegios. Tienen una identidad con la tierra, con la gente. Su arraigo es grande, son conocidos, tienen aficiones y participan en grupos sociales del lugar. Otros en cambio, somos inquietos e intrépidos en cierta forma. Nuestros lazos son intensos pero fugaces. Nos arraigamos con dificultad, pero vamos incorporando lugares a nuestro recuerdo y a nuestro corazón. La experiencia es variopinta y el cambio continuo obliga a replantearse las cosas.