BELLEZA ESCONDIDA.
M uchas veces tenemos la experiencia de sentirnos sorprendidos por algo o por alguien. Son esas realidades de la vida que se salen de aquello a lo que nuestra mente se acostumbra y atrae nuestra atención, aunque sea fugazmente. La mayoría de las veces no damos mucha importancia a esos momento preciosos. Luego, por otra parte, pretendemos centrar nuestra atención muy concienzudamente en la práctica de zazén o en la meditación formal cuando estamos sentados, esperando que ocurra algo maravilloso. ¿No es una contradicción? Esperamos algo maravilloso y cuando eso maravilloso surge no nos damos cuenta. Ironía de la vida. La belleza escondida es una ocasión única de reconocer el momento presente en toda su expresión de impacto en los sentidos. No se trata de saber vivir, se trata de vivir, decía R. Panikkar. Vivir es oler, gustar, ver. Inmediatez con el todo expresándose en cada pequeño detalle de la existencia.