OTOÑO: PRESENCIA Y CAMBIO
Casi sin darnos cuenta el Otoño nos muestra el cambio continuo. La práctica de zazén consiste en reconocer lo que está fluyendo sin apegarse a nada de lo que surge. Por eso, la experiencia del otoño es especialmente inspiradora para la práctica. El otoño nos introduce en la paulatina desaparición. Desaparición de las hojas en los árboles, de las flores, de la luz... del calor. Todo nos habla de impermanencia y cambio. Un poema zen dice: “Los árboles meditan en otoño. Gracias a ello, florecen en primavera; dan sombra y frutos en el verano y se despojan de lo superfluo en otoño” . Todo esto suena muy poético y soy consciente de que muchas personas que en estos momentos están envueltas en tribulaciones, viviendo los cambios con gran dolor y seguramente resistiéndose con esa frase que a todos nos taladra la mente: ¿Por qué a mí? quizás no la compartan. La poesía zen no es una evasión de la realidad, sino una mirada al fondo de la misma. Se trata de un impulso irrefr...