NUBARRONES EN EL HORIZONTE
Cuando la práctica nos introduce en experiencias difíciles es cuando se desprenden los añadidos de nuestra mente a la pureza de la conciencia. No resulta fácil aceptar la tribulación. Unas veces ésta nace de emociones agitadoras, otras veces nace del apego a sensaciones agradables como la paz interior o esa conciencia oceánica de tranquilidad placentera en la que se asienta la mente después de un tiempo prolongado de práctica. Es inevitable tener la sensación de que "no hay progreso" o de que se está yendo hacia atrás, que de nuevo nos vemos abrumados por la agitación que ya pensábamos que "estaba superada". Todo eso son pre-juicios. Es como si internamente y, a pesar de lo que nos han hablado siempre de "no tener metas" ( mushotoku ), vivir la experiencia tal y como es, aceptar nuestros sentimientos, etc. nos sintiéramos profundamente frustrados y con una sensación de no avanzar. Es como si la práctica no sirviera para mucho. Otra vez la mente ca...