Espejismos

Empiezo de nuevo a escribir después de un largo período de silencio. No importan las razones, baste el hecho de tomar un respiro y reconsiderar la palabra frente al silencio.
En general me gusta escribir porque es una manera de "tocar la experiencia" tras su fugacidad.
Lo vivido, al ser escrito se despliega ante uno y ante los demás. Se comparte y adopta un carácter comunitario. Lo escrito, además se independiza de uno y se convierte en un vehículo de impacto en las personas que al leerlo inician sus propios procesos de experiencia distintos, pero conectados, con lo que, quizás en la otra parte del mundo, alguien escribió y ya no le pertenece. Lo escrito adopta una autonomía única y se convierte en diálogo interpersonal e independiente.
Acabo de participar en el III International Meeting de Mindfulness, organizado por el Máster de Mindfulness de la Universidad de Zaragoza. Allí nos hemos reunido muchas personas interesadas y dedicadas profesionalmente a la aplicación de la meditación en sus variedades de mindfulness o de compasión, tanto a la práctica clínica como a otros ámbitos. Hace algunos años este evento en España hubiera sido impensable, hoy, en cambio, es un hecho de gran trascendencia: más de quinientas personas y muchas que quedaron fuera por los límites del espacio.

Esto demuestra una realidad cambiante en este país muy interesante. Aparentemente, mientras que en países orientales la práctica meditativa ha ido decayendo a medida que las sociedades se han industrializado y han aumentado su desarrollo tecnológico, en occidente, son ya muchos años en los que va aumentando el interés, incluso científico, por la influencia de la práctica meditativa en el aumento del bienestar personal.
Es evidente que cuando hablamos de práctica meditativa se puede pensar en muchos tipos de práctica. Pero hay una serie de características que incluyen a casi todas: Se trata de una acción introspectiva que permite focalizar la atención en los procesos mentales y desde ahí observar cómo se modifica la propia experiencia.
Está claro que hay diversos tipos de meditación, pero la clave son esos tres puntos: introspección, la cual se logra con un silenciamiento del cuerpo (estado de quietud) un recogimiento de los sentidos y una relación específica con los procesos mentales. Focalización, el segundo elemento es el modo en que se utiliza la atención. Meditar es un ejercicio de la atención sostenida lo más posible en un foco, sea la respiración, sea una imagen, un sonido etc. Pero, al mismo tiempo la atención se abre a los procesos mismos de la mente sean cuales sean tal y como sucedan. De ahí el tercer punto: Modificación de la experiencia. Sin duda la razón de esta práctica siempre ha sido expresada como "alcanzar el despertar", "descubrir la verdadera naturaleza de la realidad", "salir del marco de sufrimiento" etc. Pero al mismo tiempo se dice que no existe una relación causa-efecto, del modo de "si haces esto...alcanzarás aquello". No, en realidad es algo más parecido a sintonizar una emisora de radio. Se trata de afinar el dial para colocarse en modo de captar la realidad sin generar la relación sujeto-objeto.
Esto significa que normalmente vivimos como en un espejismo, dando estatus de verdad a nuestra visión ilusoria. Precisamente la grandeza del sufrimiento es que gracias a esa realidad dolorosa podemos generar la duda sobre el modo en que nos relacionamos con la realidad. Y de esa duda nace la posibilidad del despertar.
De ahí el aforismo zen: "pequeña duda, pequeña iluminación, gran duda, gran iluminación"

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