CONVOCANDO A LOS DEMONIOS

Los pensamientos destructivos. son aquellos que conectan con las partes negativas de nuestro ego. Cada uno de nosotros traemos una historia adjunta. Una parte de ella es fruto de nuestras experiencias traumáticas personales y otra parte pertenece a un plano transpersonal. Son arquetipos de sufrimiento y miedos ancestrales que, a través de nuestros antepasados y en especial nuestros padres, conectan con nuestra experiencia individual a través de acontecimientos concretos de nuestra historia de nuestras emociones. No todos, por ejemplo,   tenemos miedo a las mismas cosas ni nos afectan  de la misma manera idénticos acontecimientos o situaciones de la vida, sin embargo, sabemos que hay una zona en nosotros que responde a determinadas circunstancias con pensamientos pesimistas, miedos, boicot, depresión, ansiedad, ira, etc.  eso que C.G.Jung denominó la sombra.
Muchas personas que llevan tiempo meditando me han dicho que se desestabilizan mucho cuando asoma esta sombra. En algunos casos, porque tras años sin experiencias fuertes de miedo, inseguridad, sufrimiento  moral, angustia etc. de repente se sienten abrumados porque les vienen estos pensamientos negativos, depresivos, obsesivos, que ya creían superados
En otros casos, porque los pensamientos negativos son una experiencia más intensa y vívida y pareciera que, precisamente ahora que meditan tienen más pensamientos negativos
La meditación, por lo general, no cambia las cosas. Quizás nos permite vivir las cosas desde otro punto de vista. A veces con mayor consciencia y por tanto con mayor viveza y sensibilidad, y esto duele. Hubo un tiempo en que yo esperaba que meditando podría llegar a ser un santo, un ser sobrenatural capaz de liberarme del mundo de la sombra. Después de muchos años, me doy cuenta de que lo que llamamos santididad no es más que la capacidad de integrar nuestras sombras. Integrar no es eliminar. Integrar es aceptar las sombras que se manifiestan en uno. Por esto, es frecuente que al meditar más uno se haga consciente de la necesidad de "arreglar" su interior, ponerlo en orden, aceptarlo  y comenzar a digerir todo lo que traemos con nosotros mismos durante la aventura del tiempo de vida.Terapia y meditación no se contradicen, al revés, se ayudan mutuamente, pero hay que saber muy bien, qué tipo de terapia es capaz de ayudar en este proceso ya que este tipo de vivencias requieren de personas experimentadas que sepan dar cauces a esta integración de forma constructiva para evitar desequilibros y ruptura interna.