COMO NUBES EN EL CIELO



COMO NUBES EN EL CIELO
Todos los que meditamos sabemos que una de las principales dificultades que, en muchos casos hacen que se abandone la práctica es la molestia que se vive al sentir el ir y venir constante de los pensamientos. Los antiguos monjes del desierto egipcio, que dedicaban muchas horas a la contemplación hicieron una aportación muy interesante al respecto. Ellos lo denominaron la experiencia de los  "logismoi". Cierto es, que la instrucción básica en el zen es no hacer caso a  los pensamientos, dejar que pasen como nubes en el cielo. El problema es que existen muchos tipos de pensamientos. Unos provienen de la pura memoria, sin implicación. Es lo que denominamos fantasía. Puras imágenes inconexas que surgen unas tras otras como si fueran ensoñaciones. Son pensamientos que nos separan de la realidad haciendo que la mente se refugie en una especie de nebulosa semiconsciente ante una cascada de imágenes provenientes de miles de datos acumulados. Es como si se abriera un cofre de un desván y saliera de todo. Ante esas imágenes sin vínculo emocional, ante esa pura cascada de fotogramas, lo más sencillo es dar un paso atrás. Como cuando uno está en el cine, y de repente deja de mirar la pantalla y observa la sala. La película sigue, en efecto, pero la mente ha roto el vínculo y símplemente deja pasar las imágenes sin prestar atención. La atención en ese momento se afianza en la respiración, en el Mu en la postura en la pura práctica sentada o caminando, en el silencio del fondo desde donde surge la imagen etc.
Estos pensamientos son los más frecuentes pero hay otros más.

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