VIDA EN PAREJA

Muchas tradiciones espirituales y en concreto el budismo zen han sido firmes defensoras del celibato y la vida comunitaria o solitaria.
Yo mismo lo he practicado durante muchos años. Hoy, al igual que mucha gente, vivo en pareja y puedo decir que la vida en pareja es una conexión más íntima y directa con la vida misma.
La vida en pareja es una vida al desnudo. En efecto, cuando compartes todo el día con una persona a la que quieres y que te quiere, todo lo tuyo es suyo y al revés. Esto crea una dinámica permanente de desnudez de vacío de máscaras y de poses sociales. En la vida cotidiana uno se muestra tal y como es. Con sus miedos, sus alegrías, sus limitaciones. En pareja somos menos encantadores nuestras habilidades no sorprenden, no tenemos que convencer de nada, simplemente somos y ya está.
Esta simpleza es lo que en muchas parejas significa una crisis. Porque nuestro ego se resiente y al no poder figurar se siente anonadado y con poco reconocimiento.
Cuando la vida en pareja se entiende como un camino espiritual, entonces vemos que ese anonadamiento es precisamente el camino. Y de este modo nuestra pareja se convierte en nuestro verdadero maestro. Un maestro no que uno ve de vez en cuando, sino el que siempre está ahí para recordarnos qué es lo esencial. Esa es la fuerza de la pareja el vaciarse de uno para "ver" desde el otro y así reconocer que la realidad no es sólo la que yo veo.
Es evidente que no siempre la vida en pareja termina por ayudarnos a crecer y que en muchos casos funciona un tiempo y luego se acaba por diversos motivos, pero en cualquier caso, siempre es una fuente de aprendizaje y siempre debemos dar gracias por el tiempo compartido y por lo que nos ha descubierto de nosotros mismos. Quizás debamos dedicar un tiempo a la reflexión de cuál es el verdadero sentido que tiene hoy la pareja y de que ya no valen las fórmulas ancestrales basadas en la pura reproducción y cría de la prole, o en la preservación de las fortunas, o en el mantenimientos de los órdenes sociales o cualquier otro motivo que haya sido el motor de las relaciones en la antigüedad.
Tampoco ayuda mucho el "enamoramiento" como razón de la pareja. Ya que todos sabemos que ese sentimiento embriagador desaparece y por ello muchas parejas entran en crisis al poco tiempo de iniciar su vida común. En definitiva, lo que mantiene la pareja es lo mismo que mantiene la vida: la capacidad de experimentar y vivir día a día la realidad que uno es. Al despertar cada mañana con mi pareja, doy gracias a la vida de contar con alguien que me ve como soy y quiere compartir ese "ser conmigo mismo" que es el sentido de mi vida. Por eso al despertar, nos abrazamos y luego meditamos juntos, simplemente respirar juntos y ser ante el vaivén de las olas de la vida que rompen una y otra vez contra nosotros. Simplemente ser.

Comentarios

  1. Gracias mi querido compañero Miguel por estas sabias y sensatas palabras. Te llevo en mi corazón.

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