NADA FALTA NI SOBRA


"El camino es perfecto, como el espacio infinito; donde nada falta ni sobra.
De hecho, es debido a nuestra elección de aceptar o rechazar, que no vemos la naturaleza verdadera de las cosas".

Esta frase del poema de la Fe en el Espíritu de Kanchi Sosan es un gran enigma. ¿Cómo se puede pensar que el camino, la vida, es perfecta? Cada uno de nosotros tiene una lista inmensa de cosas que piensa que le sobran y otra igual que desearía que estuvieran y no están.
Es igual que cuando uno entra en esas salas multicines a ver un drama romántico, pero de pronto, se oyen carcajadas en la sala de al lado y piensas, tenía que haber ido a la otra película. Entonces no se disfruta de ninguna. 
Pensamos que sobran o faltan cosas, porque miramos sólo un pedacito de la realidad. Pero ¿Cómo podemos ampliar la mirada, tomar perspectiva cuando estamos en una situación comprometida y sufriendo el abandono, la ausencia, el dolor de la enfermedad, el fracaso etc?
En realidad, yo creo que no es posible ampliar la mirada. No es posible dilatar la visión, como si eso fuera una cuestión de aumentar las dioptrías de una lente para conseguir mayor agudeza visual. El término "ampliar la visión" supone una intención, supone un ego que detecta primero la limitación y luego intenta superarla por medio de ampliar la visión. Cuando Sosan dice El Camino Es Perfecto. Se refiere a que no hay dos realidades un yo y un ello. Por eso no puede faltar ni sobrar nada. Ahora bien, cuando entra el sujeto pensante, el analizador, el juez, el cualificador el que determina lo bueno y lo malo, el que acepta o rechaza... entonces el ser se oscurece. La verdadera naturaleza de las cosas se esconde bajo la capa de parcelas de realidad calificadas de buenas o malas. A esto, Sosan lo llama "la enfermedad de la mente" Y sí, estamos enfermos. Enfermos de lo que el Buda denominó avidya (ignorancia) o en la tradición judeo-cristiana se denominó jatah (errar el tiro; andar errante, sin rumbo). Y, ante esto, uno se pregunta ¿Esto es defecto de fábrica  o es que todavía no hemos llegado a desarrollar nuestro potencial?. En definitiva, la pregunta es ¿Somos evolucionistas o devolucionistas? 
Los primeros son optimistas. Nuestra especie tiene mucho que decir todavía. El camino espiritual es la puerta al "hombre nuevo" a la perfección de nuestra especie etc.? Los segundos, por el contrario son pesimistas y piensan que hemos ido degenerando hasta llegar al más hondo oscurecimiento, Kaliyuga, y que sólo la espiritualidad nos permitirá recuperar lo perdido.
"De hecho, es debido a nuestra elección de atrapar o rechazar...." 
Una vez más la necesidad de distinguir, de separar. Visiones lineales. ¿Qué importa? 
Si tú te cuestionas en este momento tu visión dual. Si en este momento suspendes todo juicio y símplemente te abres al ser puro, consciencia pura sin forma ni palabra ni pensamiento ni sensación ni percepción, al momento anterior al input que hace que tu mente estructure la realidad. Sin duda verás que el camino es perfecto como el espacio infinito, sin límites, sin pensamiento que ponga fronteras. Seras libre de verdad. Ánimo

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