VAN GAAL y EL ZEN: ¡Conviértete en el Dragón!

El entrenador de fútbol y actual míster del Manchester United, Luis Van Gaal, ha sorprendido a la prensa deportiva con el "fichaje" de un "maestro zen" para ayudar a fortalecer la concentración mental de su equipo. La noticia aparecía en el diario The Sun y era retomada por numerosos medios en todo el mundo: 
United are without a Premier League victory in three games, and that has prompted Van Gaal to call in a Zen master to help turn the club's fortunes around, says The Sun
La verdad es que si la noticia fuera cierta, sería muy interesante, porque, en efecto, muchos deportistas de élite están usando la meditación, así como también la usan, entre otros muchos profesionales, unidades militares, bomberos, personal de emergencias etc. en Estados Unidos (http://www.mind-fitness-training.org).

En este caso, se trata de una confusión, la persona fichada es el "Grandmaster Sken" un maestro de artes marciales, en concreto, de Muay Thai (boxeo tailandés) que pasó una parte de su juventud formándose en un templo a 140 km de Chiang Mai donde aprendió los principios del budismo... pero no del zen, sino del budismo Teravada.


Sin embargo, no es en absoluto ajena la práctica zen y la meditación mindfulness al desempeño de una actividad artística, deportiva o laboral cualquiera. 
¿Puede la práctica de la meditación ayudar en el desempeño de un trabajo o de un deporte que exige concentración y demanda imparcialidad y ecuanimidad en medio de presiones emocionales, miedos, inseguridades y competitividad?
Sin duda, así ha sido durante miles de años. Hace un año aproximadamente otra noticia se filtraba en los periódicos generalistas resaltando que el primer ministro japonés Shinzo Abe (practicante regular de zen) practicaba meditación en especial cuando tenía que tomar decisiones importantes para mantenerse sereno y ecuánime. La prensa también lo tergiversó y resaltó lo anecdótico: "El primer ministro japonés se flagela antes de tomar las decisiones importantes" (El Mundo, 29-01-2014).
A la vista de tanto desconocimiento me gustaría compartir algunos aspectos de la relación del zen y la meditación con la actividad laboral, ya que el zen no es solo sentarse a meditar, sino volver al mercado.
D.T. SuzukI, en su obra Budismo Zen nos relata el siguiente caso: Cuando un pintor famoso de la escuela Kano, en Japón recibió un encargo de pintar un dragón en uno de los principales edificios de Myosynzi quería hacer del dragón una de sus obras maestras. Después de pensar mucho en cual sería la mejor expresión de la criatura mitológica y cómo realizaría su obra en la que se jugaba toda su maestría decidió acudir a un maestro zen, a la sazón abad de un templo. Lo que él pretendía no era pintar un dragón por perfecto que pareciera, sino que pretendía crear en su imaginación una criatura viva capaz de impresionar a quien lo viera. Cuando, por fin, logró consultar con el maestro y expresarle su inquietud, el abad, lo miró y le dijo: ¡CONVIÉRTETE EN EL DRAGÓN! Al principio no entendió lo que el maestro le había dicho. Yo diría que al principio su mente sólo entendió las palabras del maestro y esas palabras no tienen mucho sentido. Pero con el tiempo fue olvidándose de las palabras y empezó a sentir como un dragón, a comer como un dragón, ha soñar como un dragón hasta que, un día, regresó donde el maestro y le formuló la misma pregunta. Entonces el maestro mirando sus ojos de dragón le dijo: ¡VAMOS, PÍNTATE A TI MISMO!
El zen es conocido por ser un camino directo a la conciencia plena. En su forma tradicional, a veces es muy incomprendido y es difícil de practicar ya que la mente busca razones para la acción. Aplicar el zen en el trabajo implica cambiar el foco. Romper la dinámica de la mente dual y estar dispuesto a ir más allá del miedo.
Para ello, la práctica de la meditación sentada, dejando que la mente se desenganche de los pensamientos y emociones y busque su centro, más allá de sujetos y objetos, de acciones y finalidades, superando la causalidad y aceptando la realidad sin juzgarla, nos permite reconocer la identidad con la acción que realizamos. Para la mayoría de nosotros los trabajos exigen concentración y ésta se vive como un esfuerzo estresante, por eso, después de cierto tiempo estamos agotados. Una vez le preguntaron a un directivo de una multinacional japonesa para qué le valía la meditación zen y éste respondió, no sé, cuando al final de la jornada entra una llamada telefónica después de 9 o 10 horas de trabajo la contesto como si fuera la única llamada del día, para eso vale el zen.
Si Van Gaal quiere ganar partidos tendrá que aceptar el juego de la mente dual y aplicar los métodos tradicionales, quizás un maestro de artes marciales encienda el espíritu guerrero de sus jugadores. Pero si lo que quiere es jugar bien, entonces debería pedir ayuda a un Maestro Zen. Sus jugadores, no pintarían dragones, serían el dragón.

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