CRI CRI CRI CRI


Escuchando los grillos por la noche 
tomo el voto con todos los seres 
de mantener mi práctica muy simple 
una y otra vez.
Escuchando los grillos por la noche 
tomo el voto con todos los seres 
de encontrar mi lugar en la armonía 
de la que los grillos gozan con las estrellas (Roshi Robert Aitken)
Este Haiku del maestro Aitken nos abre a la cotidianidad. A lo cercano. Al silencio en el que el canto de de los grillos dibuja melodías, que frecuentemente pasan desapercibidas. El espíritu iluminado resuena con cada forma y en cada forma se impulsa a la experiencia del vacío. Todo se vuelve maestro. El sencillo grillo, el pequeño saltamontes, la cigarra, el sonido de la noche, el silencio. Todo resuena en el corazón convertido en lugar de armonía. 

Cada instante es nuevo y diferente. En cada instante se renueva la intención de que, junto con todos los seres, el gesto más simple, el acto más cotidiano la acción más sutil se convierta en una explosión de fuerza y energía, de un fuego transformador que lo invade todo. Un chasquido de dedos, un pestañear y todo cambia alrededor. Todo tiene su sitio.
Me inclino ante el grillo y la cigarra.

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