UN PASO TRAS OTRO

La vida nos sorprende momento a momento.
Hace ya un mes que no escribo y ruego me disculpéis aquellos que tenéis a bien leer mis reflexiones y compartir mis experiencias. Sólo puedo decir que durante este tiempo se han sucedido numerosas circunstancias que me han hecho muy difícil poder escribir.

Ha sido un tiempo de prueba, o así quiero verlo yo. Durante gran parte de mi vida he estado investigando sobre las condiciones para la estabilidad de la experiencia espiritual. Me he enfrentado una y otra vez a esa sensación de haber alanzado "algo" que luego sin darme cuenta se escapa de las manos y que cuando uno cree haber llegado a un estado de calma interior y ecuanimidad, una circunstancia cualquiera desestabiliza todo y vuelven los antiguos patrones y parece que uno siempre está al principio del camino luchando con los mismos fantasmas.

Sin duda, el camino espiritual es largo. Pero la práctica nos aporta algo maravilloso, que si somos capaces de asumirlo con paz, nos permite cambiar la perspectiva y es que el camino se hace un paso tras otro.

Esto puede parecer una obviedad, pero es algo fundamental. Cada paso es una ocasión única de integrar en nuestra experiencia todo lo que surja, sea lo que sea. Esta capacidad de integrar es la clave del entrenamiento, porque la psique humana compone la experiencia en cada instante como un gran puzzle en el que las piezas adoptan formas diferentes según el juego de la propia composición. 
Cuando surge el ego como director de orquesta para componer las piezas se guía de patrones adquiridos por la experiencia e inscritos en el conglomerado neurofísico de nuestro cuerpo. Miedos, deseos ocultos, seguridades, impulsos, odios, envidias, placeres... todo un conglomerado de energías que mueven las piezas del puzzle para construir la experiencia de la realidad en cada circunstancia. Por eso, la realidad cambia según cada persona, aún con circunstancias aparentemente similares.
Ahora bien, ¿qué otra opción hay distinta del ego con toda su experiencia condicionada? En realidad no hay otra opción. Quiero decir que de esto no podemos escapar porque es nuestra estructura psíquica y así funciona. Pero la práctica nos aporta algo diferente: la capacidad de reconocer el impulso del ego como una ilusión.
Este es el gran recurso liberador. Pero si me libero de mi yo, de mi identidad ¿qué queda de mí mismo? ¿Qué queda de mis gustos, de mis proyectos, de mis sueños, de mis creencias, de mi fama, de mi prestigio, de mi formación, de mis títulos, de mi ser?
¿Acaso no es una especie de muerte en vida?
Es algo así como si vivir fuera estar esclavizado por el ego y experimentar la liberación fuera una suerte de muerte.
En cierto modo este es el camino de la auténtica meditación. La expresión zen "morir en el zafu" no es otra cosa que acercarse a esta experiencia. Pero como todo en esta vida sucede instante a instante, en un abrir y cerrar de ojos, o en un chasquido de los dedos el ego se recompone y la experiencia ilusoria de nuevo se impone a nuestra conciencia y creemos que es la realidad, una vez más; y como nuestra conciencia o naturaleza original no egoica está tan confusa por haberse identificado tanto tiempo seguido con el ego y creído que era él, una y otra vez, que se debate entre la aceptación de su estructura limitada y el salto al abismo del vacío, una y otra vez nuestra experiencia se desestabiliza y es poco consistente.
La práctica bien orientada consiste en entrenar esa agilidad para situarse en la base de nuestra naturaleza y mantenerse en ella pase lo que pase.
Como Ulises atado al poste de la vela de su embarcación mientras oía el canto de las seductoras sirenas. Sí, la realidad parece tan real cuando las circunstancias nos amenazan que es difícil sentir y experimentar que es sólo ilusión. La ilusión que nos impide ver que cada instante es igual al anterior, igual al último y al siguiente después, e igual al primero y al anterior al primero y todo lo que cambia y fluye en el tiempo es sólo ilusión que se despliega como un hermoso fuego de artificio cuyo juego de luz con toda su belleza se consume en un instante dejándonos ante la oscura noche. Serena y profunda noche. 

Comentarios

Publicar un comentario

Entradas populares de este blog

NADA FALTA NI SOBRA

EL MANANTIAL DE LA SABIDURÍA

BELLEZA ESCONDIDA.