ILUSION


ILUSIÓN
Esta es una palabra que expresa varios significados paralelos pero conectados. Todos sabemos lo qué es hacer algo con ilusión o tener ilusión por algo. En este sentido, ilusión es un estado de ánimo, es motivación. Esta ilusión se sustenta en el deseo que es una proyección afectiva hacia algo o alguien. En definitiva es anticipar mentalmente de forma consciente o inconsciente el disfrute de una cosa o de una acción. De ahí viene lo contrario: la desilusión o tristeza por no haberse cumplido la expectativa.


Ilusión también es un error en la percepción. Los sentidos muestran algo que "parece" una cosa y luego es otra. De ahí, las ilusiones ópticas, o el trabajo del "ilusionista", el cual juega con nuestra expectativa aprovechado nuestra limitación perceptiva, genrando sorpresa y confusión. Durante años los seres humanos nos hemos preguntado si el mundo que percibimos y con el que convivimos diariamente existe tal cual, o es sólo una ilusión de nuestra mente. Ilusión compartida, ilusión convenida, pero al fin y al cabo ilusión.

En la tradición zen la ilusión es la condición de la mente en estado natural, es decir, la forma habitual de funcionar desde un ego que juzga, valora, distingue, analiza, y se toma todo muy en serio. Un ego que tiende a absolutizar su sistema de interpretación de la realidad tanto que cuando encuentra otro ego que difiere en la visión es capaz de generar una oleada de destrucción y opresión absolutas, hasta llegar a las más impensables aberraciones. Eso es tomarse la ilusión en serio.

En el sutra de diamante leemos: Un Bodhisatva no se aferra a la ilusión de una individualidad separada una identidad egoica o una identificación personal. En realidad no hay "yo" que libere ni "ellos" que sean liberados. ¿Cuál es la razón de la práctica? ¿Ser mejores personas?, sería muy noble; ¿Adquirir un estado de paz interior que nos permita tratar a todos con amor?, sería muy meritorio; ¿Acrecentar la felicidad en nuestro entorno?sería muy generoso. Pero, en realidad la razón de la práctica es mucho más simple, es acercarse a la realidad para verla tal y como es, sin filtros de un ego y un otro.

Decía Pablo Picaso de sí mismo que a los 6 años pintaba como Rubens y tardó toda una vida en pintar como un niño. A nosotros nos pasa igual, a los seis años conocemos la realidad como un perfecto adulto distinguiendo, nombrando, indagando, deduciendo, preguntando qué son las cosas y su origen etc. Y necesitamos toda una vida para captar la belleza simple del puro ser atravesando nuestra existencia en el todo sin distinción, es decir, ser como niños en el útero materno.
Quizás por eso dijo el maestro Jesús sólo de quienes son como niños es el Reino

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