¿IMPERFECCIÓN?


¿En qué te has fijado al ver esta imagen? ¿En las 6 picas doradas, perfectas, idénticamente recortadas en el azul del cielo o en la que falta?. ¿Vemos más lo perfecto o lo que está roto? ¿Nos detenemos en lo bello, en los mil detalles de vida que nos rodean, desde poder respirar con salud o con más salud que enfermedad mañana tras mañana, o por el contrario nos fijamos en esa molestia o incomodidad que nubla nuestra visión de la totalidad?
Piénsalo. Estamos programados para detectar lo que no tenemos, lo que nos falta lo que podríamos tener, lo que perdimos... mas que lo que tenemos. Y así sufrimos, porque vivimos en la carencia y en el sentimiento de pérdida.
Con nuestra educación hemos creído que el progreso se basa en la dinámica de carencia-deseo. Si detecto lo que no tengo, surge la necesidad de tener (deseo) y con ello me pongo en movimiento para conseguirlo y así indefinidamente. Esto es "progreso" (en latín significa caminar hacia adelante). Pero qué ocurriría si, por el contrario, detecto y tomo conciencia de lo que sí tengo. Quizás si me educase en lo que sí tengo, me daría cuenta de que la carencia en el fondo es una creencia que he aceptado como fuente de mi sufrimiento. Que de verdad existe una separación en las cosas y que lo que creo que no tengo es algo que tendría que alcanzar. Es decir, la relación con la realidad se convierte en una cuestión de propiedad privada. Esto lo tengo y es mío;  pero esto es una ilusión fruto de una convención social. La realidad total es de todos sin distinción. Está ahí y no pertenece a nadie más que a sí misma. Y lo mejor: yo estoy dentro de ella.
¿Acaso mi salud es mía. Puedo apropiármela? ¿Acaso puedo pensar, por ejemplo, que mi cuerpo es realmente mío y así  decidir sus procesos? o más allá ¿Hay un yo que sea propietario de algo?
Si miro lo que soy en realidad con mirada sabia no resulta un conjunto de cosas que tengo y otras que no, o que perdí o que nunca tendré. Si miro la realidad en su ser más profundo es pura perfecta y sin carencia de nada. Pero mi mente, una y otra vez, juzga lo imperfecto, la carencia y crea la semilla de la infelicidad.
El poema Shin Jin Mei del gran maestro zen Sosan y primer escrito de esta tradición espiritual dice:
La lucha entre lo que a uno le gusta y lo que le disgusta es la enfermedad de la mente.
Cuando no se entiende el significado profundo de las cosas, se perturba en vano la paz esencial de la mente.
El camino es perfecto, como el espacio infinito; donde nada falta ni sobra.
De hecho, es debido a nuestra elección de aceptar o rechazar, que no vemos la naturaleza verdadera de las cosas.
La enseñanza de Sosan no es anular el gusto, o hacerse insensible. La enseñanza es salir de la mente que juzga y se queda enganchada en el juicio que genera deseo y frustración. Acepta la realidad que está delante de tus ojos tal y como viene y experimenta todo lo que te ofrece aquí y ahora y actúa como tengas que actuar, pero no dejes espacio en tu mente a que se instale el juicio y la semilla de la infelicidad.
Lo de arriba, es una reja con historia, no una reja imperfecta. 

Comentarios

Publicar un comentario

Entradas populares de este blog

NADA FALTA NI SOBRA

EL MANANTIAL DE LA SABIDURÍA

BELLEZA ESCONDIDA.