SALIR DEL TÚNEL DEL EGO


Nos pasamos la vida encerrados en este túnel. Sin duda, es útil. Nos sentimos protegidos, seguros. Vemos cierta luz, tenemos el control, sabemos dónde empieza y dónde acaba, y como los condenados de la caverna de Platón nos hemos acostumbrado a ver el mundo a través de la pequeña oquedad donde se representan sólo las cosas que nuestro túnel permite. Mi maestro Willigis Jaeger siempre dice que el ejercicio de zazén consiste en salir del túnel del ego. Ahora bien, salir del túnel del ego no es ir a otra parte, se trata de un salir mental, se trata de darse cuenta de que ese túnel. al igual que el capullo de una oruga. lo hemos ido construyendo nosotros día a día, con la fina seda de las creencias y el lenguaje. Un día pensamos, ¡Me quieren! y esa creencia provocó un sentimiento agradable y se afianzó en nosotros. Otro día pensamos, ¡Le importo a alguien! después vinieron el yo soy importante, yo sé muchas cosas, quién se cree ese que es, él no sabe quién soy yo, yo yo yo .....
Cada identificación con un vínculo creado en la realidad experimentada es un hilo de seda más en la confección del capullo que llamamos ego. Y no quiero decir que el ego sea un capullo, que muchas veces lo es y se convierte en una fuente constante de sufrimiento. Sin duda el ego, esa estructura mental urdida, se objetiviza en nosotros y se convierte en lo más importante. Por eso, si lo vemos amenazado, sentimos miedo y sufrimos; si lo vemos humillado. nos surge la ira; si lo sentimos dañado, surge la tristeza y la desazón y así nos pasamos la vida construyendo y protegiendo algo que no existe, que es fruto de nuestra mente creadora.
Sin duda la capacidad creadora de nuestra mente es nuestra mayor diferencia con el resto de los seres vivos, gracias a ella podemos proyectar realidades mentales que luego se convierten en hechos. Pero eso tiene un peligro y es que cuanto más encauzamos la conciencia hacia las dinámicas de nuestra mente más se separa de la realidad manifestada en el momento presente y esto produce una especie de esquizofrenia que es la fuente del sufrimiento.
Escapar del túnel del ego ha sido la experiencia de muchos seres a lo largo de la historia. Lo hemos visto como una tarea espiritual heroica, inalcanzable, solo apta para monjes y ermitaños o para seres especiales. Hoy día se trata de una cuestión de evolución y supervivencia. Desde el túnel de ego sólo hemos causado sufrimiento a nosotros mismos, a los demás y a nuestro entorno. Se trata de una elección personal en un nivel de conciencia más evolucionada. Evitar el sufrimiento está en nuestra mano.
Una vez un maestro estaba con su discípulo y viendo lo preocupado que estaba con su familia le gritó, si ves a tu padre, mata a tu padre, si ves a tu madre, mata a tu madre, si ves a tu hermano, mata a tu hermano. El discípulo un tanto confuso y dolido le dijo ¿y se le veo a usted? Si me ves a mí y encuentras algo de mi en mí, no lo dudes mátalo.

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